lunes, 26 de mayo de 2008

(Art. 90) Pánico en los despachos públicos

El fantasma del pasado que se enterró en la anterior legislatura vuela de nuevo sobre Barcelona.

En las últimas semanas la actualidad en la vida política de Barcelona ha despertado y el fantasma gigante del pasado que parecía dormido se ha levantado, como en tantas otras ocasiones no el buen hacer de sus dirigentes lo que propicia esto.

Durante las elecciones a la alcaldía se criticó enormemente el pasotismo del candidato Frederique van den Berg, que se ofrecía como una opción seria pero que no se molestó en presentar discurso, programa o equipo presentando como argumento la confianza que inspiraba su nombre. Es decir, básicamente ofrecía públicamente su principal arma: la popularidad, el amiguismo.

Tras pasar a la siguiente ronda, con la sorpresa de muchos, y la resignación de otros combinó en su equipo de gobierno diversas candidaturas que habían fracasado. De esta manera su equipo de gobierno quedó formado por un lado por Ethel Butler como teniente alcalde y el tesorero de ésta, Romualdo Baleri, ejerciendo como tal; y por otro lado Julián Calvo, como comisario.

La crítica por esta decisión fue elevada, ya que no se puede considerar un grupo homogéneo la mezcla de tres equipos con diferentes ideas -algunas contrarias-, pero la insistencia de éstos por hacer las cosas bien y las ganas en las primeras semanas borraron durante unos días la preocupación de los barceloneses.

Ahora, nuevamente, el escándalo salta convertido en bomba y posiblemente le estalle a más de uno en las manos. Ethel Butler, ejerciendo de portavoz de Frederique van den Berg, aunque apoyando la propuesta, pide públicamente la dimisión del comisario Julián Calvo vertiendo graves acusaciones sobre su persona y sin pruebas tangibles.

El trabajo del comisario -desacertado en muchas ocasiones, pero acertado en otras aunque indudablemente sacrificado y activo- es visible y muy valorado por los ciudadanos que se suman a la defensa de este.

Algunos de los hechos que presuntamente ha llevado a cabo Julián Calvo pueden ser muy graves pero sin ningún tipo de prueba es sencillamente chistoso que miembros de lo que en teoría es el mismo equipo se arranquen los pelos públicamente de esa manera.

La reacción de la gente ante este esperpento no es otra que reclamar responsabilidades, dimisión y la presencia del en teoría líder de este equipo, el alcalde, del que su labor en los últimos meses merecería un artículo aparte. Ya en el debate se le acusó de vago y pasota, y aunque durante los primeros días de su mandato dio una impresión de activo e hizo notar su presencia se ha ido disolviendo día tras día hasta parecer un fantasma, el fantasma del pasado de nuevo volando sobre Barcelona.
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Mejor que el otro XDU

Ninfa Ala, editora de Barcelona

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